El burgalés Eustasio Villanueva (1875–1949), relojero de profesión, fue además un entusiasta fotógrafo aficionado, cuya obra pasó desapercibida hasta que en 1986 el Estado adquirió un total de 2.550 documentos fotográficos conservados por su familia. De este valioso fondo, catalogado y digitalizado por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), proceden las 1.000 transparencias estereoscópicas que ahora pueden ser consultadas en la Web de la Fototeca del Patrimonio.
Se trata de placas de vidrio que contienen dos imágenes similares, pero no idénticas, de un mismo motivo y que al ser observadas con un visor apropiado, producen un efecto de profundidad y relieve. Las imágenes datan de los años veinte del pasado siglo y en muchos casos fueron tomadas en el transcurso de los desplazamientos que el propio autor tuvo que realizar por motivos profesionales. En ellas se reproducen escenas de paisajes, monumentos y tipos humanos de diferentes zonas de España, muy especialmente de la provincia de Burgos.
Además de constituir una muestra de la huella que el hombre y el paso del tiempo han dejado en algunos monumentos del patrimonio cultural, las fotografías destacan por su gran calidad técnica y la extraordinaria plasticidad de sus encuadres y composiciones. Así puede apreciarse, por ejemplo, en las series que Villanueva dedicó a la Cartuja de Miraflores, el Monasterio de las Huelgas o la Catedral de Burgos.
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