La pintura, que forma parte del conjunto pictórico del Monasterio de Guadalupe, único in situ de Francisco de Zurbarán, y que ilustra a Fray Martín de Vizcaya, portero del Monasterio, ejerciendo la caridad a través de la limosna, como ejemplo de los ocho principios que todo aspirante a monje necesitaba desarrollar para conseguir el perfecto cumplimiento de la norma jerónima, presentaba un estado de degradación avanzado provocado por un agresivo ataque de termitas.
El objetivo del proyecto es la realización del tratamiento correspondiente para evitar la prolongación del ataque y la estabilización de las zonas afectadas hasta el momento.
Se ha intervenido en el lienzo realizando dicho tratamiento de consolidación y estabilización, tanto en el soporte como en la capa pictórica.